jueves, 3 de marzo de 2016

SIDA


Contagio y transmisión

En las personas afectadas por SIDA, el VIH se concentra especialmente en la sangre, en el semen de los varones y en las secreciones vaginales de la mujer, líquidos que constituyen, por lo tanto, peligrosos reservorios de virus. La saliva y las lágrimas de las personas infectadas también contienen VIH, pero en una cantidad tan pequeña que resulta insuficiente para provocar contagio.
Para la transmisión del virus del SIDA es indispensable que las células infectadas o las partículas del VIH se incorporen al torrente sanguíneo, lo que puede suceder a través de las siguientes cuatro vías principales de contagio:

1. Relaciones sexuales

La relación sexual es la principal vía de contagio para los “homosexuales” (Individuos que tienen relaciones sexuales con personas del mismo sexo) y para los “bisexuales” (Individuos que tienen relaciones sexuales con personas de uno y otro sexo).  En los dos casos, el alto riesgo de contagio radica en el hecho de que la mucosa del recto se desgarra fácilmente, exponiendo la sangre a la acción de los VIH que pueden estar presentes en el semen. Ese riesgo es menor en la relación “heterosexual” (Relación sexual de un individuo con persona del otro sexo), porque la vagina es un órgano estructurado para la función que desempeña en la unión sexual del hombre con la mujer, vale decir, que la mujer infectada por VIH también puede transmitir el SIDA por vía genital, a través de sus secreciones vaginales.


2. Transfusiones

La persona infectada con VIH puede transmitir el SIDA al donar o vender su sangre para transfusiones en bancos de Sangre no controlados, o para fabricar productos que se utilizan en el tratamiento de la hemofilia.

3. Agujas y Jeringas

En todos los países occidentales que han estudiado la difusión del SIDA entre sus habitantes, se sabe que la mayor cantidad de personas afectadas corresponde a varones homosexuales o bisexuales y, en menor proporción, a drogadictos que se inyectan drogas por vía endovenosa. La magnitud del contagio entre los drogadictos se debe a que ellos comparten habitualmente agujas y jeringas no esterilizadas. Eventualmente, lo mismo podría ocurrir si no se esterilizan debidamente los instrumentos médicos o dentales usaos en intervenciones donde se producen rompimientos de vasos sanguíneos.

4. Embarazo

Una madre, si está infectada por VIH, puede transmitir el mal a su hijo mientras dura el embarazo, lo que se efectúa a través de la placenta. También puede contagiarlo en el momento del parto, cuando el niño toma contacto con las secreciones vaginales y la sangre de la madre. Por último, la transmisión del VIH puede ocurrir después del nacimiento del hijo, a través de la leche materna en el período de lactancia.



Prevención

Aunque la lucha de los científicos contra el VIH está en marcha desde 1981, aún no hay remedio para el SIDA. Mientras no surja una vacuna o un medicamento eficaz, la única posibilidad de frenar esta infección es adoptar medidas de prevención, como las siguientes:

1. Evitar de raíz aquellos comportamientos, ya señalados, que contribuyen al contagio y transmisión de la enfermedad. Es un hecho indiscutible que la mejor defensa contra el SIDA está en los comportamientos humanos regidos por lo valores éticos consagrados en el mundo civilizado.
Los jóvenes no deben olvidar que la pareja humana se une en el acto sexual por amor, en forma voluntaria y responsable, con respeto a los sentimientos y de acuerdo a las normas legales y sociales de la comunidad en que se vive. Por ser consciente y racional, la sexualidad humana puede ser controlada hasta la edad adulta, cuando el hombre y la mujer tienen madurez suficiente para establecer esa relación de pareja estable que se inicia en el matrimonio.

2. Usar agujas y jeringas desechables, de carácter personal, en las inyecciones intravenosas, extracciones de sangre, colocación de sueros terapéuticos, etc. Ciertamente, cuando se utilizan agujas y jeringas correctamente esterilizadas, no existe peligro de contagio por VIH.
En este mismo contexto, es recomendable no compartir instrumentos ni artículos de uso personal que pudieran estar contaminados con sangre.

3. Mantenerse al día con los conocimientos científicos relacionados con el SIDA, especialmente en todos los que se refieren a medidas de prevención. En una época como la actual, de sorprendente desarrollo de las ciencias médicas y de los médicos de comunicación social, “nadie debe morir de ignorancia”.




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