sábado, 5 de marzo de 2016

Enfermedades infecciosas o transmisibles I

Los agentes productores de enfermedades infecciosas o transmisibles incluyen una considerable variedad de "microorganismos" o "gérmenes patógenos",  denominados así porque generan enfermedades. Entre los agentes patógenos más importantes para el hombre pueden citarse: las bacterias, los virus, las rickettsias, los hongos, y los protozoos, todos los cuales son transmitidos al "huésped susceptible" (Organismo humano) a través de diversas vías.

El grado o intensidad con que un germen patógeno puede afectar a un huésped se denomina virulencia. La capacidad del huésped para luchar contra el patógeno es conocida como resistencia. La gravedad de una enfermedad infecciosa depende, entonces tanto de la virulencia del germen patógeno como de la resistencia del huésped.

Bacterias

Las bacterias son organismos microscópicos, unicelulares, desprovistos de clorofila; su núcleo es difuso, es decir, está disperso en el citoplasma, por lo que no es visible como estructura individualizada. A estas células se les da el nombre de "procariontes", para diferenciarlas de las células "eucariontes" que se caracterizan, principalmente, por presentar uno o más núcleos claramente estructurados.

Como carecen de clorofila, la mayoría de las bacterias son, por su modalidad de nutrición, organismos "heterotróficos". es decir, incapaces de sintetizar compuestos orgánicos a partir de sustancias inorgánicas sencillas; requieren por consiguiente, de materias orgánicas preformadas para nutrirse. Algunas bacterias son "saprófitas", esto es, obtienen su alimento de las sustancias orgánicas que resultan de la degradación parcial de plantas y animales muertos. Otras bacterias utilizan a los organismos vivos como fuente de compuestos orgánicos que necesitan; estas bacterias "parásitas" son por lo general patógenas, es decir, provocan enfermedades al lesionar al huésped mediante su capacidad de multiplicarse o al producir toxinas, que son sustancias venenosas para el organismo que parasitan. Las toxinas reciben el nombre de "exotoxinas", si son secretadas por la bacteria viva, o "endotoxinas", cuando son liberadas por muerte y destrucción de la célula bacteriana.

Algunas bacterias, llamadas "aerobias", toman directamente del aire el oxígeno que necesitan para vivir, Este grupo incluye las bacterias que provocan difteria, tuberculosis y el cólera. Otras especies bacterianas son "anaerobias", o sea, no pueden desarrollarse en presencia del oxígeno atmosférico. Entre las bacterias de este grupo están las determinantes el tétano y botulismo. Muchas bacterias viven mejor como aerobias, pero pueden realizar cierto grado de actividad en condiciones anaeróbicas. Tal es el caso del bacilo "Escherichia coli", que habita normalmente en el intestino del hombre, y de las bacterias que causan tifoidea y escarlatina.



Una de las características más notables de las bacterias es su capacidad de reproducirse con increíble velocidad si las condiciones de vida son favorables. La reproducción se realiza, principalmente, por bipartición o fisión binaria: Una célula se divide para dar 2 células hijas, en 20 minutos; después de otros 20 minutos, estas 2 bacterias se habrán dividido simultáneamente para dar 4, cada una de las cuales, se dividirá para dar un total de 8 y, después 16, 32, 64, 128, y así sucesivamente. Si este tipo de incremento geométrico continuara duplicando el número de individuos cada 20 minutos, se obtendrían más de 2 millones en siete horas, y al cabo de 24 horas existiría una masa de bacterias con un peso aproximado de 2000 toneladas. Obviamente, esto no ocurre jamás porque, a medida que aumenta la población bacteriana, surgen diferentes factores que limitan su crecimiento: falta de espacio, agua y nutrientes, acumulación de sustancias toxicas producidas por las mismas bacterias, etc.

Cuando las condiciones del medio ambiente son desfavorables, los bacilos (Bacterias que tienen la forma de un bastón) pueden formar “endosporas”, un estado de vida latente que las capacita para sobrevivir en las peores circunstancias de sequedad, frio o calor. Durante la formación de la endospora, el contenido de las bacterias se contrae en una masa densa y esférica que se rodea de una cubierta gruesa y resistente. Si llega a un medio propicio para su propagación para su germinación, la endospora absorbe agua, rompe la membrana y se transforma nuevamente en el bacilo normal. La formación de endospora no es, por consiguiente, una modalidad de reproducción para los bacilos; sirve solamente para sobrevivir a las condiciones más adversas del ambiente.

Clasificación:

De acuerdo con la forma que presentan se acostumbra clasificar a las bacterias en tres grandes grupos: cocos o bacterias esféricas, bacilos o bacterias con forma de bastoncitos rectos y espirilos o bacterias de forma espiral. Algunas especies de cocos aparecen en grupos de dos (“diplococos”) o de cuatro (“tétrada”), en cadenas (“estreptococos”), en paquetes regulares (“sarcinas”) o masas que recuerdan un racimo de uvas (“estafilococos”). Los bacilos, por su parte, pueden presentarse aislados o constituyendo cadenas (“estreptobacilos”). Algunas especies de bacilos y espirilos poseen flagelos o cilios para desplazarse. De las tres formas principales de bacterias, la más pequeña corresponde a los cocos, cuyo diámetro varía entre 0.2 y 2 micras, (Una  micra equivale a la milésima parte de un milímetro). Los bacilos y espirilos miden entre 2 y 10 micras de longitud.



Para estudiar las bacterias que perturban la salud del organismo humano, se utiliza preferentemente un medio sólido de cultivo, constituido de agar (Sustancia gelatinosa extraída de ciertas algas marinas) mezclado con un caldo de cultivo que contiene todos los ingredientes necesarios para el desarrollo bacteriano.




Las bacterias inoculadas en este “agar nutritivo” se reproducen rápidamente y dan lugar a la formación de una masa bacteriana compacta, denominada “colonia”, visible a simple vista.
 
Contra lo que se cree comúnmente, sólo una pequeña proporción de las bacterias conocidas son patógenas. Ejemplos de enfermedades transmisibles del hombre causadas por bacterias incluyen las siguientes: escarlatina, erisipela, difteria, neumonía, tuberculosis, tifoidea, disentería, tétano y coqueluche o tos convulsiva.