miércoles, 16 de noviembre de 2011

La Reproducción Asexual (Segunda Parte)

Fragmentación

En la reproducción asexual por fragmentación, observable en algunos organismos multicelulares inferiores, el cuerpo progenitor se divide en dos o más fragmentos, cada uno de los cuales se transforma en un nuevo individuo similar al que lo produjo. Esta modalidad de reproducción se presenta sólo en organismo que han desarrollado plenamente la capacidad de regeneración, vale decir, la aptitud de reconstruir partes destruidas. Varias especies de algas marinas, por ejemplo, son fragmentadas por los golpes de las olas, pero cada uno de los fragmentos puede crecer hasta reconstruir la estructura característica del alga adulta. Entre los animales inferiores, algunos gusanos anélidos se reproducen escindiéndose espontáneamente en dos partes: La parte anterior regenera una nueva parte posterior, y la parte poserior, a su vez, regenera su parte anterior.

La capacidad de regeneración es tanto menor cuanto más compleja y diferenciada es la estructura del organismo multicelular. Unos pocos segmentos de la lombriz de tierra o un brazo de estrella de mar pueden regenerar al individuo completo. En cambio, si se le corta la cola a una lagartija, ésta puede reconstruir otra parecida, pero la cola amputada no es capaz de producir una lagartija nueva. En los animales superiores - aves y mamíferos - el poder de regeneración es aún menor. Así, en el hombre su capacidad regenerativa está limitada a la cicatrización de heridas relativamente superficiales y a la reconstrucción de ciertos tejidos. La superioridad que exhiben los vegetales en este aspecto, se debe al hecho de que ellos retienen durante toda su vida células indiferenciadas, agrupadas en el tejido meristemático; tales células meristemáticas pueden diferenciarse, en cualquier momento, para reconstruir los tejidos y órganos del organismo vegetal.

Como está muy extendida en el reino animal, la capcidad regenerativa de las plantas da lugar, muchas veces, a una modalidad de reproducción asexual conocida como multiplicación vegetativa. Variantes muy comunes de ellas son la propagación por estolones, por bulbos y tubérculos. Los estolones son tallos rastreros delgados que crecen horizontalmente sobre la superficie del suelo. En puntos determinados del estolón, llamados "nudos", brotan hojas hacia arriba y un manojo de raicillas hacia abajo, configurando un nuevo individuo que se independiza de la planta madre al cortarse la porción correspondiente al "entrenudos". Los estolones representan un espléndido medio de propagación asexual de la violeta y la frutilla. El bulbo, presente en el ajo y otras plantas, es un tallo subterráneo en forma de disco corto y ancho, provisto de una yema terminal y cubierto de hojas carnosas, llamadas "escamas", donde se almacenan sustancias nutritivas. Cada año, los bulbos producen yemas laterales que pueden generar nuevos individuos. Los tubérculos son tallos subterráneos abultados por las sustancias nutricias que contienen. Ejemplo de tubérculo es la "papa" que usted consume en sus comidas. La superficie del tubérculo presenta pequeñas yemas ("Ojos de la papa") que, en condiciones apropiadas, pueden dar origen a nuevas réplicas de la planta progenitora.


Tal como en todas las modalidades de reproducción asexual, la multiplicación vegetativa solo genera individuos que repiten fielmente las características peculiares del progenitor. El conocimiento de este hecho ha sido de suma utilidad para el hombre, porque le ha permitido reproducir y propagar, artificialmente, algunas variedades de planta que representan rasgos valiosos: mayor resistencia a determinadas enfermedades, frutos mas grandes y jugosos, flores inigualables por su belleza y fragancia, etcétera. En los jardines y  en los huertos frutales, la multiplicación vegetativa se logra generalmente por medio de injertos, estacas o pastillas y mugrones, procedimientos articifiales de reproducción asexual que aseguran la conservación de los caracteres que interesan en una variedad frutal o floral.


domingo, 6 de noviembre de 2011

La Reproducción Asexual (Primera Parte)

La reproducción asexual consiste en la producción de nuevos individuos a partir de un solo progenitor, razón por la cual también se la conoce como uniparental. En este tipo de reproducción, que es usualmente muy rápida, los descendientes tienen características casi indénticas a las del organismo que los originó. Debido a esto, si el progenitor es un individuo plenamente adaptado a su medio ambiente, el proceso asexuado permite reproducir en corto tiempmo nuevas generaciones de individuos igualmente bien adaptados.

Para conocer otros aspectos importantes de la reproducción asexuada, describiremos brevemente cuatro modalidades de ella - fisión, gemación, fragmentación y esporulación - que son bastante comunes en el mundo biológico.

Fisión

La fisión o bipartición es muy frecuente en las bacterias y protistas. El organismo unicelular se estrangula en su parte media para originar dos células similares entre sí. idénticas a la unidad que las generó, pero de tamañó aproximado a la mitad de la célula madre. Muy pronto, las células hijas crecen hasta adquirir las dimensiones del organismo adulto, instante en que vuelven a dividirse.

Fisión de una ameba

Gemación

En la gemación, los nuevos individuos se originan de una yema o brote que aparece en la superficie del progenitor; esa excrecencia se separa luego para desarrollarse como un organismo completo. Este método de reproducción asexuada es muy común en las "levaduras", que son seres unicelulares. El núcleo de la célula se duplica y uno de los núcleos resultantes se introduce en la yema que empieza formarse. La yema, a su tiempo, se separa e independiza, constituyéndose en un nuevo individuo. El mecanismo reproductivo recuerda al conocido en la fisión. Sin embargo, ambos procesos difieren en sus resultados: mientras la fisión genera dos organismos de igual tamaño, la gemación produce dos individuos de tamaños diferentes.

Gemación en la levadura

Algunos seres multicelulares, como la "hidra verde de agua dulce" y "corales", también se reproducen asexualmente por gemación. En los ejemplos mencionados, las yemas pueden permanecer unidas al organimos genitor, dando lugar a la formación de colonias.